¿COMO DEBE REZARSE EL ROSARIO?
En las apariciones de Fátima, la
Virgen recomendó con particular empeño la devoción al Rosario, como medio
seguro para alcanzar la paz. En la primera aparición, el 13 de mayo de 1917,
pidió a los tres pastorcillos que rezaran diariamente el rosario para pedir el
fin de la guerra y la paz en el mundo. Gran devoto de María, el Papa Juan Pablo
II confió la obtención de la paz para el mundo a aquella que es la Reina de la
Paz. Este Papa, años antes de que se empeorase por su enfermedad (la que
finalmente le hizo escalar las escalinatas del cielo) realizo algunos "ajustes"
en dicha devoción que no pudo por menos que mejorar su rezo siguiendo las
pautas marcadas por las apariciones en Fátima.
Para quienes tienen costumbre de
rezar una de las cuatro partes del Rosario por día (antiguamente 3, pues los
luminosos fueron añadidos por el Papa Juan Pablo II), el Santo Padre sugiere
distribuirlas, a lo largo de la semana de la siguiente forma:
- Misterios Gozosos: lunes y
sábados.
- Misterios Luminosos: jueves.
- Misterios Dolorosos: martes y
viernes.
- Misterios Gloriosos: miércoles
y domingos.
Antes de nada algunas
recomendaciones, si bien decir con absoluta certeza que hagamos como lo
hagamos, nuestra oración siempre agrada a Nuestro Señor y a la Santísima Virgen,
y aunque se dice que siempre es mejor dejar la oración debido al estado de cada
persona (es decir que si el trabajo no lo permite, debe de preferirse este al
rezo del rosario) decir también que el autor de este blog está convencido
plenamente de que cuanto más problemas se nos interpongan al rezarlo y más ocupaciones
tengamos, más meritorio es el hacerlo en dichas condiciones y además es
"visto" de manera muy especial por los "corazones de Jesús y
María" los cuales se alegran grandemente al ver el "interés" que
ponemos en hacerlo aún en las condiciones más adversas, como pueden ser:
cansancio, hastío por los problemas cotidianos, u otras ocupaciones.
Ten presente amigo y hermano, que
para un cristiano lo primero y último debe de ser siempre la oración. Hecha
esta aclaración subrayemos pues la mejor manera o forma de hacerlo (sin
menospreciar por ello la que otras almas en el mundo cristiano han podido
recomendar), pues no es la duración sino el fervor de nuestras oraciones lo que
agrada a Dios y le gana el corazón. Una sola Ave María bien dicha tiene más mérito
que ciento cincuenta mal dichas. Veamos pues algunas formas de agradar más a
Dios y a la Santísima Virgen:
- Es recomendable que la persona
que reza el Santo Rosario se halle en estado de gracia o por lo menos resuelta
a salir del pecado.
- Rezar el Rosario con modestia,
y en horarios que nos permita estar tranquilo y no ser molestados por nadie,
cerrando si fuese conveniente la puesta del lugar en donde nos encontramos.
- Si es posible debemos hacerlo
desde el principio hasta el final, es decir que no seamos interrumpidos, pero
si lo somos en la mitad del mismo o en cualquier otra parte del mismo,
retomarlo en cuanto sea posible con más atención y devoción si cabe. La Santísima
Virgen verá con buenos ojos cuanto empeño ponemos en rezarlo y tendrá aún más
valor si cabe, y debemos hacerlo antes de acostarnos.
- El Rosario se puede rezar
"solo" pero si es posible es recomendable hacerlo a
"coros", es decir junto con otras personas, pues no en vano Nuestro
Señor prometió en los Santos Evangelios que en donde uno o más se reuniesen
para orar allí en medio de ellos estaría Él. Si no es recomendable hacerlo
solo.
- Rezarlo todos los días aunque
no sea completo; en recientes apariciones de la Virgen (sobre todo en Fátima,
reconocidas como verdaderas por la Iglesia) la Virgen recomendaba hacerlo
completo (todos los misterios), pero como esto puede llevar mucho tiempo y a
muchos les parecerá imposible por las situaciones de su estado, es decir por
causa de trabajo u otras ocupaciones, al menos rezaremos los misterios del día,
o sea las cinco decenas que correspondan con el día en el que estamos.
- Rezar el Rosario con Fe;
teniendo claro que todo lo que pidamos tras su rezo (sobre todo si son gracias espirituales)
nos serán alcanzadas por la Virgen Santísima de la mano de su Hijo Ntro. Señor
Jesucristo. Es de notar al lector el poder de intercesión que tiene la Virgen
con su Hijo en el pasaje de los Santos Evangelios y particularmente en las
Bodas de Caná, en que los novios no tenían vino y por petición de la Virgen
María, el Señor hizo el milagro de convertir el agua en vino. Aunque podemos
pedir cosas materiales, deberemos tener en cuenta que solo se nos conceden las
que aprovechan para el bien de nuestra alma.
- Pedir por los demás; cuando la
oración sea cual fuere se hace por otros, tengamos la absoluta certeza de que
va a ser escuchada y casi con toda garantía se concederá lo que en ella se
pidiera. A los corazones de Jesús y María les agrada sobremanera las peticiones
que hacemos por los demás más que las propias. Recordemos siempre, "mejor
dar que recibir" y teniendo también presente que existe como una especie
de efecto "rebote", es decir que si pedimos por alguien (una curación
por ejemplo), si nosotros somos aquejados de alguna enfermedad, estemos seguros
de que el sufrimiento de esa enfermedad será acortado cuando no erradicado, aún
sin que se lo pidiésemos.
- Si estamos enfermos o no es
posible, podemos rezarlo mentalmente (recuerda Dios esta dentro de ti) ya que
de cualquier forma será escuchada.
Como aún es "frecuente"
que algún cristiano de a "pie" no sepa como rezar esta devoción, le
daremos una "pequeña guía" para rezarlo.
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