Patrona de Honduras
3 de febrero
Virgencita de Suyapa,
Madre de mi corazón, únete
siempre a mi espalda como al niño que te
halló, guíame por el camino, abrígame con tu amor, condúceme al paraíso donde no se oculta el
Sol.
Cuando me venza el cansancio, o me atenace la angustia,
cuando la muerte, a su paso, haga despertar mis dudas, Virgencita de Suyapa ven
a mi espalda en ayuda, sostenme con tu mirada, y mis lágrimas enjuga.
Reina de los hondureños, con tus pequeñas manitas rezas por
el bien del pueblo que en tu protección confía. Virgencita de Suyapa, morena de
raza indígena, ¡cúbreme de paz el alma hasta el final de mis días!.
Amén.
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