En el nombre de Dios todopoderoso,
Señor San Martín Caballero,
saca la sal de mi casa; dame suerte,
trabajo y dinero. Sí Señor, dile a tu siervo Martín,
infatigable y celoso
patrón de las almas, que levante su voz
en este abismo en que me encuentro y me proteja de toda
aflicción
y maldad.
Yo te consagro este día en memoria
de las esclarecidas virtudes de su santo sacerdocio.
(Hágase la petición.)
Amén.