1 Procura reconocer y respetar los derechos y los méritos de
los demás, y aceptar sus formas de pensar, aunque sean distintas de las tuyas.
2 Trata a los demás con el mismo respeto y cariño con el que
te gustaría que te tratasen a ti.
3 Procura ser complaciente con los que te rodean cuando te
piden un favor o solicitan tu ayuda.
4 Utiliza palabras como gracias, perdón, por favor, que te
facilitarán y harán más agradable tu relación con los demás.
5 Intenta ver en cada persona lo mejor de ella. Seguro que
lo encontrarás y te sorprenderá...
6 Acostúmbrate a expresar tus mejores sentimientos, no los
reprimas. Trata a los demás con toda la naturalidad, la alegría y el afecto
que espontáneamente salgan de ti.
7 Acostúmbrate a sonreír. Muéstrate solidario, optimista y
colaborador con las personas con las que convives.
8 Piensa que si todos tratamos de dar lo mejor de nosotros
mismos todos seremos mucho más felices.
9 Trata de analizarte y observa si, cuando eres amable o
afectuoso con los demás, te sientes más a gusto contigo mismo.
10 Comprueba cuántas horas al día estás de buen humor. Si
son muchas, alégrate porque estás construyendo un mundo más amable.
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