Qué instante de plenitud más glorioso es ése en el que
respiras con calma, sintiendo que estás en paz contigo mismo y con el mundo.
Un instante en el que…
Te sientes agradecido
Has abierto los ojos para darte cuenta del gran valor que
tienen las personas y las cosas que te rodean.
Encuentras equilibrio
Miras serenamente dentro de ti. Observas. Decides establecer
nuevas prioridades; un nuevo orden, diferenciando lo importante de lo
accesorio. Acallas el ruido.
Dejas ir cargas y disonancias innecesarias. Poco a poco, va
surgiendo la armonía.
Estás en el mejor lugar y en el mejor momento.
Respiras llenándote de energía
En este instante salen de ti envidias, rencores y dramas
retenidos, dejando lugar a la calma y a la luz.
Aparcas tensiones, encuentros desafortunados y rencillas,
para sentir plenamente la paz del momento.
Lentamente, la tranquilidad se instala en tu alma y la
saboreas como el manjar más delicioso.
Está en ti
Sólo tú puedes provocar ese instante.
No esperes a que este mundo loco se frene en seco. No lo
condiciones a que otros te dejen hacerlo o no. Porque, si lo quieres
experimentar, la decisión es tuya.
Busca esa paz dentro de ti. De hecho, sólo puede nacer de
ti.