Ven Espíritu Santo, inflama mi corazón y enciende en el
fuego de tu Amor.
Dígnate escuchar mis súplicas, y envía sobre mí tus dones,
como los enviaste sobre los Apóstoles el día de Pentecostés.
Espíritu de Verdad, te ruego me llenes del don de
Entendimiento, para penetrar las verdades reveladas, y así aumentar mi fe;
distinguiendo con su luz lo que es del buen, o del mal espíritu.
Espíritu Sempiterno, te ruego me llenes del don de Ciencia,
para sentir con la Iglesia en la estima de las cosas terrenas, y así aumentar
mi esperanza; viviendo para los valores eternos.
Espíritu de Amor, te ruego me llenes del don de Sabiduría,
para que saboree cada día más con qué infinito Amor soy amado, y así aumente mi
caridad a Dios y al prójimo; actuando siempre movido por ella.
Espíritu Santificador, te ruego me llenes del don de Consejo,
para obrar de continuo con prudencia; eligiendo las palabras y acciones más
adecuadas a la santificación mía y de los demás.
Espíritu de Bondad, te ruego me llenes del don de Piedad,
para practicar con todos la justicia; dando a cada uno lo suyo: a Dios con
gratitud y obediencia, a los hombres con generosidad y amabilidad.
Espíritu Omnipotente, te ruego me llenes del don de
Fortaleza, para perseverar con constancia y confianza en el camino de la
perfección cristiana; resistiendo con paciencia las adversidades.
Espíritu de Majestad, te ruego me llenes del don de Temor de
Dios, para no dejarme llevar de las tentaciones de los sentidos, y proceder con
templanza en el uso de las criaturas.
Divino Espíritu, por los méritos de Jesucristo y la intercesión
de tu Esposa, María Santísima, te suplico que vengas a mi corazón y me
comuniques la plenitud de tus dones, para que, iluminado y confortado por
ellos, viva según tu voluntad, muera entregado a tu Amor y así merezca cantar
eternamente tus infinitas misericordias. Amén.