Dios Todopoderoso,
nuestro Padre en el Cielo,
quien coloca a los solitarios en familias,
entregamos a tu cuidado constante
los hogares en los que la gente vive.
Aleja de ellos, te rogamos,
toda raíz de rencor,
el deseo de vanidad
y el orgullo de vida.
Llénalos con Fé, virtud, conocimiento,
templanza, paciencia, santidad;
une en constante afecto a aquellos
que han sido unidos en Santo Matrimonio.
Vuelve el corazón de los padres a sus hijos,
y el corazón de los hijos a los padres,
y así, infunde caridad entre todos
para que puedamos amarnos los unos a los otros
por siempre a través de Nuestro Señor Jesucristo...
Amen.
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