DIVINO NIÑO |
Oh querido y dulce Niño Jesús, vengo a tu presencia agobiado por el sufrimiento
que ocasiona mi enfermedad y movido por la más grande confianza para
implorar tu ayuda divina.
Sé que cuando estabas en este mundo te compadecías de la
muchedumbre que sufría, sobre todo de aquellos que eran atormentados por el
dolor. Por el infinito amor que tenías, los curabas de sus males y tus milagros
fueron la demostración palpable de tu amor y misericordia.
Por ello, oh Divino Niño, te pido humildemente que me concedas
la fortaleza necesaria para soportar el dolor, el alivio y consuelo en los
momentos más difíciles y sobre todo la gracia muy especial de recuperar mi
salud, si conviene para el bien de mi alma. Con ella podré alabarte, darte
gracias y adorarte durante toda mi vida.
Amén